El presidente Torres declaró ayer que el comité científico del Pevolca cree que “hay indicios científicos” de que la erupción del volcán de La Palma podría acabar antes de que concluya este año. Sería una extraordinaria noticia si así fuera, pero -por desgracia- también ayer mismo, el portavoz del comité técnico del Pevolca, Miguel Ángel Morcuende, dijo expresamente que ellos no saben lo que puede ocurrir. Morcuende no tuvo un lapsus: reconoció que las condiciones son mejores que hace unos meses, cuando el volcán se encontraba en su fase más explosiva, y se refirió al descenso de la sismicidad, al tremor menos intenso, a la reducción de los niveles de dióxido de azufre liberados a la atmósfera y a una menor deformación del terreno. Sin embargo, fue contundente al insistir en que los datos no son suficientes, a pesar de la reducción en los niveles de varios parámetros, para “poder hablar de un fin próximo de la erupción”, que es precisamente lo que hizo Torres. Morcuende precisó que el volcán tiene menos energía y potencia que hace dos meses… “pero nada más. No podemos hablar de otra cosa”, añadió. Y lo mismo, pero con mayor rotundidad aún, aseguró Carmen López, la portavoz del comité científico, que subrayó que el volcán mantiene valores altos de dióxido de azufre y que hace tan solo una semana “se produjo una intensificación en la sismicidad”, por lo que hay que seguir esperando y evaluando cada día.
Las declaraciones de los portavoces técnico y científico del Pevolca hacen pensar que o Torres no estaba muy atento en la reunión con ellos, o tiene tantas ganas de que esto acabe –como tenemos todos- que está confundiendo sus deseos con la realidad. Pero no estamos hablando de promesas electorales que se lleva el viento, un presidente no puede decir que el Pevolca dice cosas distintas de las que dice. No es de recibo que el presidente cree la expectativa de un inminente final de este terrible desastre sin tener el aval científico de que eso es lo que va a ocurrir. Y ojalá acierte, Torres, en cualquier caso. Pero actuar así demuestra muy poco sentido común.