Dignidad e intereses

La Real Academia Española establece una única acepción al término ‘revenido’: es –dice el Diccionario- la “operación que consiste en recocer el acero a temperatura inferior a la del temple para mejorar este”. Hace unos días escribí en esta tira que el presidente canario, Ángel Víctor Torres “suele actuar en política partidaria como un maúro revenido (un mago con pedigrí)” [ver 06.10.2021]. Con mejor o peor fortuna, lo que estaba diciendo -en el contexto de una crítica a la decisión de suspender los Congresos Insulares del PSOE canario-, es que Torres ha aprendido a manejar su partido, y actúa con las cautelas propias de un agricultor crecido en la adversidad. Quizá se trate de un ejemplo mal traído: decir que la figura principal del ‘socialismo agrario’ grancanario actúa en los asuntos de su partido como un ‘mauro revenido’ o ‘mago con pedigrí’ puede ser poco ingenioso, o reiterativo o sencillamente un recurso literario más bien pedestre.

Pero lo que no parece es que sea motivo para que los amigos de la competencia –la gente del Canarias 7, esta vez- le dediquen al asunto nada menos que dos editoriales de su director, uno acusando al que suscribe de haber ofendido la dignidad del PSOE [ver 09.10.2021] y el otro desatando los siete males contra Torres, [ver 10.10.2021] al que este periodista no considera el mejor presidente de nuestra historia, pero tampoco el peor. Yo diría –y es por tanto sólo mi opinión- que Torres anda en la media, lo que tampoco es para tirar precisamente voladores.      

No creo yo que al director de Canarias 7, Francisco Suárez Álamo, al que siempre le ha gustado mucho acudir al Diccionario de la Real Academia [ver 15.11.2017] le preocupe mucho el pedigrí de Torres como agricultor. Suárez Álamo, al que le gusta mucho el cine, siempre ha estado más preocupado por recordarnos el parecido de Torres con Kevin Spacey. [ver 10.11.2017] Ahora, esas preocupaciones de Suárez Álamo se han retirado de la versión digital del periódico, en una curiosa tendencia a reescribir la historia al estilo del Ministerio de la Verdad del ‘1984’ de Orwell, que en los últimos tiempos cultivan al alimón Carlos Sosa [ver 14.09.2021] y el propio Suárez, preocupados por las cosas que decían antes y ahora no quieren que se sepa que dijeron. Por ejemplo,  cuando Torres era Consejero de Deportes del Cabildo de Gran Canaria y “palafrenero mayor de Coalición Canaria”. [ver 17.09.2017]

Lo que realmente mueve a Canarias 7 –después de unos breves meses de silencio- es su regreso a la defensa beligerante de los propios intereses. Y ocurre así porque el Parlamento ha iniciado –por cuarta vez en poco más de seis años, la elección del organismo de control de la tele canaria, una entidad cuya elección y funcionamiento ha sido reiterada y salvajemente puesta en cuestión, boicoteada, reventada o impedida. Entre las competencias de ese organismo está no sólo la fiscalización del trabajo del Director General, sino –también- de los contratos del Ente con las empresas privadas que producen información y entretenimiento para la tele. Canarias 7 ha sido durante los últimos 14 años la principal beneficiaria de los contratos con la tele, y siempre se ha opuesto a que haya un organismo que fiscalice esos contratos, probablemente porque considera que eso es malo para sus intereses empresariales. Pero en esa guerra por defender su principal negocio, ha caído con frecuencia en campañas difamatorias, y en presiones a los partidos, muy especialmente al PSOE, del que ha dependido siempre la mayoría cualificada para la puesta en marcha del organismo de control de la tele. La primera vez que se bloqueó ese organismo –ha cambiado ya de nombre varias veces- fue con la renuncia de Francisco Moreno, [ver 25.02.2015] que era entonces candidato del PSOE a presidirlo. La segunda, cuando un diputado del PSOE –nunca se supo quién fue- votó secretamente en contra de las instrucciones de su partido, [ver 03.06.2018] impidiendo la renovación del consejo, del que habían dimitido previamente dos de sus integrantes, bloqueando su funcionamiento. La tercera vez fue el pasado mes de mayo, cuando el PSOE y Nueva Canarias llegaran a votar contra sus propios candidatos a la Junta para evitar que se produjera su elección. [ver 26.05.2021] Y la cuarta será probablemente esta que se acaba de iniciar por el Parlamento, si prospera una operación de Nueva Canarias para retirar a su candidato al consejo, en el último momento, el ‘botón nuclear’ que Román Rodríguez dice por ahí que estaría dispuesto a apretar si es necesario.

De lo que se trata, obviamente, es de que no haya órgano de control antes de que se adjudique el próximo contrato –por 53 millones de euros- más o menos a principios de 2022. Todo lo demás: supuestas indignidades del PSOE, querellas en los tribunales, falsificación de certificados académicos, campañas contra quienes defienden un modelo de gestión público…son humo de pajas.

Un humo que se disipará inexorablemente con el avance de los tiempos políticos y judiciales. Pero quizá no antes de que los 53 millones en liza vuelvan a ser adjudicados a los mismos. A los que se han pasado 14 años amenazando al PSOE para que el PSOE haga lo que ellos quieren.