Ayer se supo que el Servicio Canario de Empleo no logró ‘colocar’ en marzo más allá de un raquítico siete por ciento del total de trabajos ofertados por las empresas que recurren al propio servicio.
Hoy la historia es más surrealista aún: resulta que el mismo Servicio ha contratado a dos personas para realizar encuestas sobre la calidad en la atención a los demandantes de empleo, y resulta que ninguno de los contratados cotiza en la Seguridad Social.
En casa del herrero, o sea, en Empleo, se alega que se trata de trabajadores autónomos, pero la Inspección de Trabajo, tras inspeccionar el Servicio Canario de Empleo ha emitido un informe en que se certifica que los empleados tampoco pagan su Seguridad Social como autónomos, y que la función que desempeñan “no se puede considerar como un trabajo autónomo susceptible de contratación administrativa”.
Lo más rarillo del asunto es que a los contratados no se les ha visto el pelo en Empleo: trabajan en sus casas. Y este año van a cobrar 16.500 euros cada uno, 1.500 al mes. Tal y como anda la crisis, no esta del todo mal… Claro que los pobres están pluriempleados: además de hacer encuestas, en sus ratos libres se ocupan –desde sus casas- “de atender las llamadas a las dos sedes centrales del Servicio Canario de Empleo”. Eso sí es ‘deslocalización’.
Para que luego digan que el Gobierno de Canarias no está a la altura de los tiempos que corren.