Cuestión de calendario

A cuenta de la próxima cumbre Canarias-Estado sobre emigración, ya con fecha para después de las Europeas, ha dicho Rivero que las relaciones con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero “han cambiado”, y que espera que sus socios en el Gobierno –el PP- pongan el interés de Canarias por encima de sus intereses partidarios. Sorprendido por la sorprendente pirueta de Rivero miro el calendario y compruebo que estamos a mitad de legislatura, es decir que se acerca el momento en el que –en las dos legislaturas anteriores- los nacionalistas decidieron pasar de su socio en el y Gobierno y mandarlo a la puñeta. ¿Estará Rivero preparando lo mismo? Pudiera ser, el guión es tan conocido y repetido, que podría hacerse con él una serie en la tele canaria sin necesidad de pagar derechos.

Bien es verdad que Rivero –tan chulo y echao p’alante cuando se trata de dar rienda suelta a sus complejos y a ese antisocialismo cerril que le define- en esta ocasión se ha manifestado con más prudencia respecto al PP de la que usaron en su día Román Rodríguez y Adán Martín cuando decidieron mandar al exilio a la tropa conservadora: a Soria ni lo ha mentado, pero a Miguel Cabrera (para mí que este hombre se va a convertir en el pim-pam-pum de lo que queda de legislatura), Rivero si le ha apretado las tuercas: ha censurado su opinión de que las 18 medidas pactadas por Ana Oramas con Zapatero son aire, diciendo que “nadie obstaculiza que se consiga lo mejor para Canarias, tampoco el PP”.

Atentos, pues, al desarrollo de los acontecimientos. Tratándose de Coalición lo sorprendente no sería que hubiera sorpresas, sino que en esta ocasión no las haya.