A la segunda…

Chano Franquis se ha estrenado como número dos de Saavedra reconociendo la existencia de errores en la gestión municipal de los primeros dos años. Sin duda, se trata de una declaración obvia, pero poco usual en el mundo político, más aún cuando el propio Francis –por acción o por omisión- es sin duda responsable de algunos de los errores cometidos por el anterior equipo municipal.

Con esa declaración, Francis conecta con el sentir de una ciudadanía que apoyó masivamente el cambio de gobierno municipal hace dos años, pero que –valorando todavía a Saavedra por encima de los dos anteriores alcaldes, según los sondeos recientemente publicados- es mayoritariamente crítica con la gestión realizada por él y su equipo en estos años.

A Saavedra se le han acumulado tres tipos de problemas: los heredados tanto en el frente económico como en el judicial, que no son pocos; los surgidos de una dirección municipal bicéfala, creados por el pulso constante entre sus dos validos, Teresita Morales y Rodolfo Espino; y los propios de una administración empobrecida y en crisis. El carisma y la experiencia de Saavedra no han sido suficientes para evitar la desilusión creciente de los ciudadanos, mientras el gobierno municipal se entretenía en pulsos de andar por casa, dejando a Saavedra como portavoz de las decisiones más difíciles de asumir por los vecinos, y como responsable directo de todos los errores.

Si Chano Franquis es capaz de cambiar eso, si se convierte en el vicealcalde gestor y potente que Saavedra necesita, algo habrá cambiado para mejor. En cuanto a Benito Cabrera, las referencias que a mi me llegan de él son excelentes: ojala Franquis y él no repitan el modelo de conflictos familiares e intrascendentes en que se instalaron Teresa Molares y Rodolfo Espino. Porque los ciudadanos pueden entender que esta sea una etapa de dificultades y problemas. Pero no van a aceptar que el gobierno municipal se desangre en conflictos de poder de patio de colegio.